viernes, 28 de marzo de 2008

ACTUANDO DESDE EL CORAZÓN

Por la mañana al abrir los ojos agradezco a Dios y a los Ángeles que puedo tener otro día más de vida, que veo, escucho, siento, camino; agradezco el marido que tengo, las hijas, la casa, el trabajo, la cama en la cual duermo, y así un sin fin de cosas ... difíciles de enumerar, por ser tantas ¡Gracias a Dios!.

Siempre en la vida tenemos opciones para todo...somos libres de elegir... A veces podemos creer que el camino tomado no es el correcto...¿pero quien lo sabe? Hasta que no emprendemos ese camino y dejamos de lado el otro nunca sabremos. Nos puede salir bien o mal. y es ahí cuando debemos pensar por qué elegimos lo que elegimos y si luego nos damos cuenta de que nos equivocamos preguntarnos qué nos dejo eso.

Porque siempre hay un aprendizaje de vida y un crecimiento. Sería mucho mas sano, que cuando algo malo o desagradable nos pasa, en lugar de pensar en el resultado negativo pudiéramos simplemente ponernos en la otra vereda sin juzgar el porqué pasó tal cosa. Que las cosas no salgan como uno espera no quiere decir que no tengamos que aprender algo de eso.

Cuando creemos que eso malo que nos pasa viene de otra persona o de una mala acción, deberíamos ponernos primero en el lugar del otro y preguntarnos si realmente actuó con maldad o simplemente no sabe como expresarse o como llegar a los demás. Pensar de esta manera nos permite entender al otro y principalmente nos evita llenarnos de odio y resentimiento.

Estaríamos buscando el lado bueno de la persona. Sin importarnos si cambia o no ya que no es nuestro problema; es su problema y no debemos hacernos cargo ya que de esto dependerá su crecimiento.
Lo importante es no guardar rencor...les puedo asegurar que hablando y diciendo lo que uno siente da mucha paz...sobre todo el perdón da paz.
Recuerdo, hace aproximadamente 15 años ( ¡uy cuantos!) , tomando una clase de yoga, la profesora hizo mención a lo que le había pasado con una persona: por mucho tiempo no la vio y cuando se reencontraron esta le dijo, mirá no te fui a ver porque estaba muy enojada con vos, por lo que hiciste...y bla...bla...bla..., a lo que la otra le respondió: que lástima que no me lo dijiste enseguida, porque la verdad, yo no recuerdo el hecho...
A veces nos alejamos de alguien que queremos por un resentimiento, por cualquier cosa, y realmente la otra persona no esta enterada de nada, entonces nos perdemos momentos de felicidad, quizá, por una tontería. Ahí nos damos cuenta de que los únicos perjudicados ante esto somos nosotros.
Cuando nuestro corazón esta resentido y no hemos perdonado “aquello que nos hicieron”, (no importa qué) solo importa cómo nos sentimos y qué nos produce, debemos darnos cuenta que es solamente a nosotros a quien le hace mal, y debemos soltarlo y dejárselo a Dios o en quien nosotros confiemos, solo ahí estaremos en paz. De lo contrario en algún área de nuestra vida vamos a estar trabados. No avanzaremos, no seguiremos creciendo.

Recuerden siempre cuando hacen “un favor”, hacerlo de corazón, ya que eso nos hace sentir bien y útiles, nos engrandece, somos felices por lo que hicimos, pero sabiendo que lo hacemos sin esperar nada a cambio, debemos olvidarnos de eso que realizamos, que en realidad, es por la felicidad del otro pero también por la nuestra, por el simple placer de saber que ayudamos a los demás. Porque cuando hacemos un favor solo para después decirle a la persona ¡acuérdate de lo qué hice!, eso no nos sirve, ni al que lo da, ni al que lo recibe. Nos hace retroceder en nuestro crecimiento espiritual y personal.

Siempre recomiendo a todos aquellos que por una u otra razón están cerca mío, hacer las cosas desde el corazón, ya que haciéndolo desde el corazón nunca nos vamos a equivocar. En cambio de nada sirve actuar desde lo negativo, o dicho de otra manera con pesimismo. Si cuando nos despertamos en lugar de ver todo lo bueno que tenemos empezamos a ver y sentir que todo nos molesta, por ejemplo que hace calor, o frío, que no voy a poder hacer tal cosa, que me duele esto o aquello, y siempre estamos quejándonos de todo, terminamos generando resentimiento hacia los otros, porque siempre creemos que si uno está así la culpa no es nuestra sino de los demás, y esto es más fácil, es no hacernos cargo de lo que nos pasa, es no tomar conciencia de que los únicos responsables de lo que nos pasa somos únicamente nosotros, los demás son solo espectadores.


Cuando tomemos conciencia de esto realmente nos daremos cuenta de cuan felices podemos ser. Y además cuanto más felices podemos llegar a hacer a los que nos rodean. Espero que mis reflexiones te puedan ayudar a vos a pensar ...en eso que te esta pasando y no sabes como resolverlo...recuerda realizar siempre todo desde el corazón.

Además debemos recordar que todos, absolutamente todos somos seres únicos e irrepetibles. Agradezco a mis guías y ángeles, haber escrito estas líneas que es lo que siento desde lo más profundo de mi corazón.
Cristina Romero
aurocris2002@yahoo.com.ar